Y de pronto, sin darme cuenta, me despierto con 51 años.
Me despierto, me miro al espejo, la imagen que refleja me cuenta que es feliz, que siente, que lucha, que ama, que disfruta, que se apasiona, que llora, que ríe, que acaricia, que abraza, que besa, que respira.
Pero lo más bonito que me cuenta es que esa felicidad la he conseguido estando rodeada de personas que me quieren y a las que adoro. A todas ellas les estoy agradecida por continuar a mi lado, aguantarme día tras día y ayudarme a permanecer en armonía y equilibrio.
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REFLEXIONES DE UNA CINCUENTAÑERA
Me gusta la vida, me gusta despertar y sentir que un nuevo día ha llegado, una nueva oportunidad para seguir creciendo, aprendiendo y escribiendo mi historia.
Adoro madrugar, aprovechar las primeras horas de la mañana cuando todo duerme, cuando el silencio aporta calidez, reconforta e inspira. Una especie de calma y quietud me envuelve y me pide comenzar la jornada con una sesión de yoga, estiramientos y meditación que me activa y alimenta mi ser. Esa energía se transforma en motor para pasear a mi adorado Tambor, cuando el único sonido es el trinar de los pájaros y el frescor del amanecer acaricia mi rostro.
Me encanta tomar mi tiempo para desayunar tranquilamente, sin prisas y saboreando cada nutriente que ingiero: una buena cucharada de aceite de oliva para engrasar; un zumo de limón recién exprimido acompañado de jengibre para desintoxicar, depurar, aportar vitaminas y reforzar el sistema inmunológico; un té verde para retardar el envejecimiento celular; una bebida de almendras para reforzar huesos; una gran cucharada de miel de tomillo, perfecta para aumentar las defensas y prevenir infecciones; un kiwi, rico en antioxidantes y una tostada de pan para acompañar a un huevo revuelto, más proteínas que me preparan para seguir la jornada con energía.
Y en ese momento se abre la puerta para seguir disfrutando de las nuevas oportunidades que llegan cada día. Estoy lista para vivir con vitalidad, emoción y satisfacción cada segundo que paso con mi familia, con mis amigos, con mi trabajo, con mis hobbies... Estoy preparada para estar a tu lado y afrontar nuevas sensaciones que me enriquecen como persona. Estoy lista para seguir viviendo con intensidad, porque me encanta la vida y soy feliz.
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El fluir del agua es la vida. En ocasiones transcurre con energía, vitalidad, limpia, transparente, cristalina... y de pronto se enturbia, se oscurece, se estanca, no fluye. Una nueva motivación, un estímulo le hace reaccionar y resurge la vida. El viaje se reemprende buscando nuevos cauces, nuevos horizontes, nuevos saltos, nuevos paisajes. Súbete al fluir de la vida.
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