Desde el mismo instante en que cruzas el puente y traspasas las puertas del Palacio de la Aljafería te adentras en un ambiente mágico y relajante.
No importa que lo hayas visitado en varias ocasiones, siempre descubres algún detalle nuevo de este palacio de arquitectura islámica construido a mitad del siglo XI y que ha ido transformando sus elementos según la época que vivía: cristiana-medieval, reyes católicos, contemporánea.
El patio de Santa Isabel, el Salón Dorado, la Mezquita, el Salón del Trono… todas las estancias desprenden misterio y grandeza.
Un plus: El entorno ajardinado en el que se encuentra, invita igualmente al paseo y al relax.
Bisous, bisous.
S.
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