Hoy, tras una larga temporada de ausencia, llega una nueva colaboración de Blogssipgirl con la revista Aragón Deportivo, que edita la empresa de comunicación y eventos Seguimos, y que además estrena nuevo diseño.
La idea: Una sección de entrevistas en la que un invitado especial cuenta su pasión y se habla de entretenimiento, moda, sitios con encanto, curiosidades, cine, televisión.. y algo de deporte. En esta ocasión la entrevista está llena de música, te invito a que la leas y pases un rato muy entretenido.
La presentación: Carlos Hollers es nuestro último flamante ganador de los XVII Premios de la Música Aragonesa al mejor DJ. Un DJ y compositor, que lleva toda una vida dedicada a la música con la única ilusión de compartir la pasión y las artes de DJ. Es esa pasión la que le ha conducido a transmitir su conocimiento y experiencia en Producción y DJ a alumnos de todas las edades, por todo Aragón, desde su academia Hollers Academy
De todo esto y mucho más hemos hablado en Bahnhof, un espacio de moda con carácter, una atmósfera envolvente preparada pasa pasar una tarde llena de buena música, risas, confidencias y momentos especiales.
La entrevista:
¿Dónde comienza tu afición por la música?
Mi afición a la música viene desde antes de que naciera porque mi madre ya tocaba el piano… a partir de que tuve uso de razón siempre estuve relacionado con el mundo de la música, en la peña me gustaba preparar la selección musical, yo llevaba las cintas de casa y siempre he estado muy unido al tema musical. Luego, con catorce o quince años conocí el Acid House y las discotecas. Me colaba siempre en alguna y me quedaba al lado del disk jockey mientras mis amigos estaban por ahí de fiesta. Ahí quedé prendado y ya en 1993 empecé a trabajar como profesional.
¿Qué formación se requiere para ser DJ?
Bueno, yo no hice ningún estudio previo. La universidad es el club, había que estar allí. Antes, cuando querías escuchar una canción en concreto, llegaban muy pocas copias hasta España, por lo que tenías que recorrer kilómetros para escuchar a algunos DJs. Hoy en día hay muchísima más información y sí que empezamos a tener la posibilidad de lo que antes nosotros necesitábamos años para aprender, ahora lo aprenden en una semana.
¿Cuándo haces una sesión, te marcan un estilo a seguir, eres tú quién lo decide o te lo pide el público?
Mis sesiones se orientan siguiendo varios aspectos, el club, la ciudad, el público, su edad... Hay sitios en los que tú te puedes lanzar. No me gusta hacer sesiones casi enlatadas, todo muy preparado, se vuelven aburridas. Hasta en Sónar, que los DJs lo llevan todo súper matizado, dicho por los propios artistas, yo me dejé abanico para la improvisación: senté al público, empezé con atmósfera generando ambientes, la gente miraba el espectáculo, miraba los platos, a mitad de sesión estaba viendo a la gente meneando las cabezas, decidí llevarlos hacia arriba y acabó la gente bailando. Muchas veces lo preparas como un concepto, una sesión tiene que ser algo diferente y en función de la actitud de la gente me voy dirigiendo hacia un lado o hacia otro. No es lo mismo hacer una sesión a las 6 de la tarde que a las 3 de la mañana.
¿Quién ha sido tu espejo en el mundo de la música y los disk jockeys?
He tenido la gran suerte de que en los 90 conocí muchos disk jockeys diferentes. Destacaría el Festival Sónar de Barcelona, como referencia en el que cada año me sigue sorprendiendo, y continúo aprendiendo. En esa época Florida 135, porque los años 90 fueron de un valioso aprendizaje, contaba con una programación de las mejores de España. Fue una discoteca de las primeras en entender el concepto de club y en Aragón también he disfrutado del festival Periferias entre otros, donde también conocí muchos buenos artistas. Cada uno tiene su momento. Me viene a la mente una sesión de Michael Mayer en Barcelona en 2003 con la que flipé, es el que más recuerdo, aunque prefiero quedarme con matices de cada DJ al que escucho, porque de todos se puede aprender algo.
Y llega un momento en el que decides enseñar tus conocimientos a otras personas…
Es algo curioso. Vuelvo un poco a mi pasado. Mi abuelo era profesor y yo empecé casi sin darme cuenta, enseñando a mis amigos. Hacía mis propios ejercicios en casa y luego los trasladaba a la pista de baile y se los enseñaba a mis amigos, a gente a la que le gustaba las mezclas que yo hacía… y a partir de eso, en 1998 decidí hacerlo de forma profesional porque había seguidores que querían aprender a pinchar. Ha sido sin proponérmelo, pero a base de método. Lo que más me costó es escribir ese método y encontrarme que tenía más de 180 páginas de ejercicios y que aún quedan cosas por escribir, porque son los propios alumnos los que van marcándote la pauta.
¿Qué tipo de alumnos tienes en la academia?
Ahora mismo sigue habiendo más chicos que chicas interesados pero las chicas empiezan a ganar terreno. A principios de los 2000 había un 60-40 de proporción pero, desde hace unos 7 años, podemos estar en un 20-80, una diferencia bastante alta. No sé por qué, igual porque en la primera época generaba más curiosidad por conocer este mundo, pero ahora mismo también hay muchas chicas pinchando en clubs. En las edades más bajas, está más compensado. Tengo alumnos desde cuatro años, que lo entienden todo súper rápido. Les hago una formación diferente, muy divertida, en la que aprenden muchas cosas, como un juego.
Cada ciudad tiene unas características… Tengo gratos recuerdos de la sesión que hice en el Sónar, en 2011, pero también los tengo de otras en el Florida, en Huesca, en la zona de Murcia o Valencia, donde me lo pasé muy bien porque abrí la noche con la música que me gusta pinchar a mí, hasta que la pista estaba a reventar. En Zaragoza, la verdad es que no tengo una referencia concreta ahora mismo, aunque me consta que sitios como Snatch o el Zorro tienen muy buena pinta con lo que están empezando a programar. En cuanto a clubs para ir a tomar algo, el 35 me gusta bastante y voy de vez en cuando pese a que solamente he pinchado en un par de ocasiones allí.
¿Cómo ves el mundo de la noche y las discotecas?
Mira, hice un proyecto muy bonito que se llamaba Dance Club Project, explicando a la gente lo que era el concepto de club, de recorrer kilómetros a escuchar música, que lo entendiesen, pero explicado una tarde en una discoteca con las luces encendidas para desligar el concepto de que hay que estar en una discoteca oscura bebiendo mientras escuchas la música. Ahora mismo la gente sale, hace botellón, entra a la discoteca dos horas y se va. Antes era otra historia, porque había una cultura musical detrás que hoy en día no existe. Hay que entender que ir a una discoteca no tiene que significar salir a beber y emborracharse.
Vamos a cambiar de tercio y hablemos un poco de moda. ¿Sigues las tendencias, cuidas tu imagen?
Yo en los 90, cuando pinchaba en una sala en Épila, iba con zapatillas, pantalón corto y camiseta. Era un caso. Siempre he sido bastante normal en cuanto a la ropa pero sí que es verdad que con el tiempo me he ido enganchando a la moda y, siendo disk jockey, hay marcas, como Wesc, que me esponsorizan y visto su ropa. Yo siempre he invertido el dinero que he tenido en vinilos más que en ropa.
En cuanto alimentación y productos de belleza…
Ahí sí que reconozco que soy un enganchado (risas). Intento no tomar aceite frito, me hago todo en una barbacoa eléctrica en casa. Tomo mucha fruta y verdura, pero también carne y pescado, como de todo y, si hoy me apetece un kebab, me voy a comprar un kebab sin problema. Me gustan mucho las cremas de aloe vera, los productos naturales… me gusta cuidarme.
Hablemos de Zaragoza. ¿Cuáles son tus locales preferidos para comer? ¿Tus rutas favoritas?
Me encanta un sitio que se llama El Descorche. Muy futbolero además, allí me he encontrado a jugadores, como Andoni Cedrún, alguna vez. Por lo demás, lo típico… el Tubo y poco más. Apenas salgo. Me gusta pasear por el centro de Zaragoza, lo típico, el Parque Grande que es increíble. Y luego en Fuentes de Ebro me encanta ir desde Fuentes hasta Rodén, que es un pequeño pueblo, ya convertido en barrio de Fuentes, que se está intentando compararlo a Belchite, porque el pueblo está derruido e impacta mucho. Es una zona con un pequeño río, muy verde, y es muy bonito pasear por ese camino que no conoce mucha gente.
¿Qué tal te llevas con las redes sociales?
Estoy bastante con ellas, me ha encantado siempre, pero estoy ya un poco saturado. Llega un momento en que pueden absorberte de forma que no vives tu propia vida, vives para los demás. A veces se me olvida publicar cosas porque me gusta disfrutar de los momentos. A las nuevas generaciones les gustan las cosas de usar y tirar, a mí me tuvieron que explicar mis sobrinos cómo funcionaba Snapchat… Yo siempre digo que para ser los “guays” hay que ser de twitter, si quieres hacerte el moderno, dices que eres de instagram y, si quieres enterarte de algo, vas a facebook, que es como la plaza del pueblo. Pero yo realmente me quedaría con un blog, que me parece mucho más interesante porque todo está sumamente saturado y necesitamos filtrar la información que nos llega.
Y terminamos hablando de fútbol… tras conseguir la pasada semana solamente un punto sobre seis posibles, si pudieras entrar en el vestuario del Real Zaragoza, ¿qué tipo de sesión pondrías a los jugadores para revertir la situación de cara al partido de hoy?
El Real Zaragoza necesita una sesión de yoga rave, música ambiental para que mediten y se relajen, porque eso es lo que necesita el equipo, centrarse en su objetivo, quitarse las cosas negativas y levantar el ánimo para ganarle al Córdoba.
¿Dónde comienza tu afición por la música?
Mi afición a la música viene desde antes de que naciera porque mi madre ya tocaba el piano… a partir de que tuve uso de razón siempre estuve relacionado con el mundo de la música, en la peña me gustaba preparar la selección musical, yo llevaba las cintas de casa y siempre he estado muy unido al tema musical. Luego, con catorce o quince años conocí el Acid House y las discotecas. Me colaba siempre en alguna y me quedaba al lado del disk jockey mientras mis amigos estaban por ahí de fiesta. Ahí quedé prendado y ya en 1993 empecé a trabajar como profesional.
¿Qué formación se requiere para ser DJ?
Bueno, yo no hice ningún estudio previo. La universidad es el club, había que estar allí. Antes, cuando querías escuchar una canción en concreto, llegaban muy pocas copias hasta España, por lo que tenías que recorrer kilómetros para escuchar a algunos DJs. Hoy en día hay muchísima más información y sí que empezamos a tener la posibilidad de lo que antes nosotros necesitábamos años para aprender, ahora lo aprenden en una semana.
¿Cuándo haces una sesión, te marcan un estilo a seguir, eres tú quién lo decide o te lo pide el público?
Mis sesiones se orientan siguiendo varios aspectos, el club, la ciudad, el público, su edad... Hay sitios en los que tú te puedes lanzar. No me gusta hacer sesiones casi enlatadas, todo muy preparado, se vuelven aburridas. Hasta en Sónar, que los DJs lo llevan todo súper matizado, dicho por los propios artistas, yo me dejé abanico para la improvisación: senté al público, empezé con atmósfera generando ambientes, la gente miraba el espectáculo, miraba los platos, a mitad de sesión estaba viendo a la gente meneando las cabezas, decidí llevarlos hacia arriba y acabó la gente bailando. Muchas veces lo preparas como un concepto, una sesión tiene que ser algo diferente y en función de la actitud de la gente me voy dirigiendo hacia un lado o hacia otro. No es lo mismo hacer una sesión a las 6 de la tarde que a las 3 de la mañana.
¿Quién ha sido tu espejo en el mundo de la música y los disk jockeys?
He tenido la gran suerte de que en los 90 conocí muchos disk jockeys diferentes. Destacaría el Festival Sónar de Barcelona, como referencia en el que cada año me sigue sorprendiendo, y continúo aprendiendo. En esa época Florida 135, porque los años 90 fueron de un valioso aprendizaje, contaba con una programación de las mejores de España. Fue una discoteca de las primeras en entender el concepto de club y en Aragón también he disfrutado del festival Periferias entre otros, donde también conocí muchos buenos artistas. Cada uno tiene su momento. Me viene a la mente una sesión de Michael Mayer en Barcelona en 2003 con la que flipé, es el que más recuerdo, aunque prefiero quedarme con matices de cada DJ al que escucho, porque de todos se puede aprender algo.
Y llega un momento en el que decides enseñar tus conocimientos a otras personas…
Es algo curioso. Vuelvo un poco a mi pasado. Mi abuelo era profesor y yo empecé casi sin darme cuenta, enseñando a mis amigos. Hacía mis propios ejercicios en casa y luego los trasladaba a la pista de baile y se los enseñaba a mis amigos, a gente a la que le gustaba las mezclas que yo hacía… y a partir de eso, en 1998 decidí hacerlo de forma profesional porque había seguidores que querían aprender a pinchar. Ha sido sin proponérmelo, pero a base de método. Lo que más me costó es escribir ese método y encontrarme que tenía más de 180 páginas de ejercicios y que aún quedan cosas por escribir, porque son los propios alumnos los que van marcándote la pauta.
¿Qué tipo de alumnos tienes en la academia?
Ahora mismo sigue habiendo más chicos que chicas interesados pero las chicas empiezan a ganar terreno. A principios de los 2000 había un 60-40 de proporción pero, desde hace unos 7 años, podemos estar en un 20-80, una diferencia bastante alta. No sé por qué, igual porque en la primera época generaba más curiosidad por conocer este mundo, pero ahora mismo también hay muchas chicas pinchando en clubs. En las edades más bajas, está más compensado. Tengo alumnos desde cuatro años, que lo entienden todo súper rápido. Les hago una formación diferente, muy divertida, en la que aprenden muchas cosas, como un juego.
El último ha sido el Premio de la Música Aragonesa, del cual me siento muy orgulloso porque significa que en tu tierra te valoran. Me emocioné muchísimo porque gané la primera vez que se dio el premio al mejor Dj en 2007 y, nueve años después, la he vuelto a ganar, aunque siempre había estado nominado, excepto un año.
¿Tienes algún sitio preferido donde pinchar?Cada ciudad tiene unas características… Tengo gratos recuerdos de la sesión que hice en el Sónar, en 2011, pero también los tengo de otras en el Florida, en Huesca, en la zona de Murcia o Valencia, donde me lo pasé muy bien porque abrí la noche con la música que me gusta pinchar a mí, hasta que la pista estaba a reventar. En Zaragoza, la verdad es que no tengo una referencia concreta ahora mismo, aunque me consta que sitios como Snatch o el Zorro tienen muy buena pinta con lo que están empezando a programar. En cuanto a clubs para ir a tomar algo, el 35 me gusta bastante y voy de vez en cuando pese a que solamente he pinchado en un par de ocasiones allí.
¿Cómo ves el mundo de la noche y las discotecas?
Mira, hice un proyecto muy bonito que se llamaba Dance Club Project, explicando a la gente lo que era el concepto de club, de recorrer kilómetros a escuchar música, que lo entendiesen, pero explicado una tarde en una discoteca con las luces encendidas para desligar el concepto de que hay que estar en una discoteca oscura bebiendo mientras escuchas la música. Ahora mismo la gente sale, hace botellón, entra a la discoteca dos horas y se va. Antes era otra historia, porque había una cultura musical detrás que hoy en día no existe. Hay que entender que ir a una discoteca no tiene que significar salir a beber y emborracharse.
Vamos a cambiar de tercio y hablemos un poco de moda. ¿Sigues las tendencias, cuidas tu imagen?
Yo en los 90, cuando pinchaba en una sala en Épila, iba con zapatillas, pantalón corto y camiseta. Era un caso. Siempre he sido bastante normal en cuanto a la ropa pero sí que es verdad que con el tiempo me he ido enganchando a la moda y, siendo disk jockey, hay marcas, como Wesc, que me esponsorizan y visto su ropa. Yo siempre he invertido el dinero que he tenido en vinilos más que en ropa.
En cuanto alimentación y productos de belleza…
Ahí sí que reconozco que soy un enganchado (risas). Intento no tomar aceite frito, me hago todo en una barbacoa eléctrica en casa. Tomo mucha fruta y verdura, pero también carne y pescado, como de todo y, si hoy me apetece un kebab, me voy a comprar un kebab sin problema. Me gustan mucho las cremas de aloe vera, los productos naturales… me gusta cuidarme.
Hablemos de Zaragoza. ¿Cuáles son tus locales preferidos para comer? ¿Tus rutas favoritas?
Me encanta un sitio que se llama El Descorche. Muy futbolero además, allí me he encontrado a jugadores, como Andoni Cedrún, alguna vez. Por lo demás, lo típico… el Tubo y poco más. Apenas salgo. Me gusta pasear por el centro de Zaragoza, lo típico, el Parque Grande que es increíble. Y luego en Fuentes de Ebro me encanta ir desde Fuentes hasta Rodén, que es un pequeño pueblo, ya convertido en barrio de Fuentes, que se está intentando compararlo a Belchite, porque el pueblo está derruido e impacta mucho. Es una zona con un pequeño río, muy verde, y es muy bonito pasear por ese camino que no conoce mucha gente.
¿Qué tal te llevas con las redes sociales?
Estoy bastante con ellas, me ha encantado siempre, pero estoy ya un poco saturado. Llega un momento en que pueden absorberte de forma que no vives tu propia vida, vives para los demás. A veces se me olvida publicar cosas porque me gusta disfrutar de los momentos. A las nuevas generaciones les gustan las cosas de usar y tirar, a mí me tuvieron que explicar mis sobrinos cómo funcionaba Snapchat… Yo siempre digo que para ser los “guays” hay que ser de twitter, si quieres hacerte el moderno, dices que eres de instagram y, si quieres enterarte de algo, vas a facebook, que es como la plaza del pueblo. Pero yo realmente me quedaría con un blog, que me parece mucho más interesante porque todo está sumamente saturado y necesitamos filtrar la información que nos llega.
Y terminamos hablando de fútbol… tras conseguir la pasada semana solamente un punto sobre seis posibles, si pudieras entrar en el vestuario del Real Zaragoza, ¿qué tipo de sesión pondrías a los jugadores para revertir la situación de cara al partido de hoy?
El Real Zaragoza necesita una sesión de yoga rave, música ambiental para que mediten y se relajen, porque eso es lo que necesita el equipo, centrarse en su objetivo, quitarse las cosas negativas y levantar el ánimo para ganarle al Córdoba.
Muchas gracias Carlos por tu colaboración. Y gracias a Víctor de Bahnhof por tu amable atención y por cedernos tu fabuloso espacio.
Estilismo de Carlos Hollers:
Hoodie: Thinking MU en Bahnhof
Estilismo de Blogssipgirl:
Camiseta: Leviathan Collection en Bahnhof
Falda: French Connection en Bahnhof
Localización:
Bahnhof, C/José María Lacarra de Miguel, 46 Zaragoza
Un cotilleo: Puedes ver el making of de la entrevista en el siguiente vídeo:
Una sugerencia: Si quieres tener más información sobre Carlos Hollers, sus cursos y todas sus propuestas puedes consultar en Hollers Academy, contactar a través del teléfono: 636 94 05 74, mail: academy@carloshollers.com y seguirlo en facebook, twitter, Instagram, o YouTube.
La sesión de fotos, un poco de moda:
A tener en cuenta: Aragón Deportivo se entrega en La Romareda los días de partido, 1 hora antes en las puertas 1, 6 y 10, pero también la puedes leer online y en facebook. Además conocerás todas las novedades sobre eventos y deporte en facebook de Seguimos, twitter e Instagram
Un plus: Próximamente más colaboraciones con Aragón Deportivo. Recuerda que Blogssipgirl también está en facebook, twitter, instagram, google+ y en YouTube. Y si quieres que tu negocio sea protagonista en esta sección puedes escribir a blogssipgirl@gmail.com
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Bisous, bisous
S.
fan total de este post!! Estas preciosa
ResponderEliminarGracias la verdad es que fue una tarde especial, un ambiente estupendo y Carlos es 10!
EliminarBisous
S.